La necesidad de sacerdote en la parte alta de Perucho, debido a la proliferación de supersticiones, brujería y hechicería en los alanceños, se hizo mas notoria a raíz de la espantosa peste de Alance de 1865. La ausencia de un clérigo en dichas tierras determinó que muchas personas fallecieran sin el servicio espiritual correspondiente.
Es así que en ese mismo año el párroco de Perucho, Dr. José Calvache, inicia la gestión de fundar un nuevo pueblo a la manera cristiana. Realizó una convocatoria a los notables o principales moradores de la zona para el primer domingo de noviembre de ese año. El propósito era abordar dos temas de crucial importancia, el primero, la fundación de un nuevo pueblo independiente de las haciendas, y el segundo, determinar el sitio más apropiado para ubicar dicho asentamiento y proceder lo mas pronto a su fundación.
en dicha reunión pidieron que el nuevo pueblo se funde en el caserío de Irubí, pero ante la declaración del señor Meneses, administrador de la hacienda, de que el propietario, Sr Muñoz, no daría ni una vara de terreno para la fundación del pueblo en ninguna otra parte que no sea en el sitio llamado "El Calvario", todos decidieron buscar otro lugar.
Un domingo, el cura Calvache, cansado de esperar a sus feligreses en el oratorio de Irubí, se trasladó a celebrar misa en la hacienda de Minas, donde llegó a un acuerdo con su propietario: don José Narváez. Este aceptó la propuesta del párroco de que vendiera 3,5 cuadras de tierra en el sector de Capulispungo para fundar el nuevo pueblo, el mismo que contaría con templo, casa parroquial, plaza, calles y cementerio. incluso, propuso vender toda la Hacienda en pequeños lotes a todos los que deseasen establecerse en el nuevo asentamiento.
El lugar de Capulispungo fue escogido porque allí había dos vertientes de agua: la llamada Pogyo, ubicada al sur, y la Curtiembre hacia el norte, que aseguraban la provisión de agua para el nuevo poblado.
Una vez anunciado el compromiso, el cura Calvache tomó posesión del lugar ofrecido por Narváez y plantó una cruz en el sitio donde se construiría la iglesia. luego bendijo las dos vertientes de agua y exhortó al pueblo a reunir la cantidad de dinero necesaria para concretar la compra venta de los terrenos al propietario de la hacienda Minas.
Reunido el dinero, el 10 de diciembre de 1865 don José Narváez aceptó y firmó un acta de compromiso en la cual ofrecía entregar: tres cuadras por la cantidad de noventa pesos cencillos y donar media cuadra más destinada al cementerio. El costo de la cuadra se fijó en 25 pesos y la vara de terreno en 8 reales. gracias a esta oferta 62 personas compraron más tarde los terrenos. firmada el acta, establecieron el sitio que ocuparía la iglesia y casa parroquial, luego de lo cual trazaron la plaza y las primeras calles.
La fundación del pueblo, se selló definitivamente con la inauguración de la primera capilla, el 19 de marzo de 1867, día de San José, proclamando como patrona a la Inmaculada Concepción y patrón titular al glorioso señor San José, a partir de entonces el pueblo pasó a llamarse San José de Minas.
Bibliografía :
1.- ESPINOSA Apolo, Manuel. San José de Minas Frontera, Refugio y Abrigo Memoria Histórica y Colectiva. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, Secretaría de Cultura. Quito 2009.
2.- ALMEIDA Mena, Pedro. San José de Minas Lo Tradicional y Lo Moderno. Primera Edición, P y M Consultores Educativos. Quito 2008.
El lugar de Capulispungo fue escogido porque allí había dos vertientes de agua: la llamada Pogyo, ubicada al sur, y la Curtiembre hacia el norte, que aseguraban la provisión de agua para el nuevo poblado.
Una vez anunciado el compromiso, el cura Calvache tomó posesión del lugar ofrecido por Narváez y plantó una cruz en el sitio donde se construiría la iglesia. luego bendijo las dos vertientes de agua y exhortó al pueblo a reunir la cantidad de dinero necesaria para concretar la compra venta de los terrenos al propietario de la hacienda Minas.
Reunido el dinero, el 10 de diciembre de 1865 don José Narváez aceptó y firmó un acta de compromiso en la cual ofrecía entregar: tres cuadras por la cantidad de noventa pesos cencillos y donar media cuadra más destinada al cementerio. El costo de la cuadra se fijó en 25 pesos y la vara de terreno en 8 reales. gracias a esta oferta 62 personas compraron más tarde los terrenos. firmada el acta, establecieron el sitio que ocuparía la iglesia y casa parroquial, luego de lo cual trazaron la plaza y las primeras calles.
La fundación del pueblo, se selló definitivamente con la inauguración de la primera capilla, el 19 de marzo de 1867, día de San José, proclamando como patrona a la Inmaculada Concepción y patrón titular al glorioso señor San José, a partir de entonces el pueblo pasó a llamarse San José de Minas.
Bibliografía :
1.- ESPINOSA Apolo, Manuel. San José de Minas Frontera, Refugio y Abrigo Memoria Histórica y Colectiva. Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, Secretaría de Cultura. Quito 2009.
2.- ALMEIDA Mena, Pedro. San José de Minas Lo Tradicional y Lo Moderno. Primera Edición, P y M Consultores Educativos. Quito 2008.
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